ORTOPEDIA Y ORTODONCIA ¿CUÁNDO SON NECESARIAS?

La ortodoncia es la especialidad de la odontología, encargada de estudiar, prevenir, diagnosticar y tratar las alteraciones de forma, posición y función de los dientes y los huesos que los soportan. Mediante ella, se consigue alinear los dientes y mejorar no sólo en la parte estética, sino sobre todo, la función masticatoria.
La edad ideal para que un niño acuda al odontólogo, es a partir de los 3 años y antes de los 7, donde se pueden detectar alteraciones de crecimiento y desarrollo de los maxilares.
Es muy importante que los padres estén atentos a ciertos signos, ya que nos indican la necesidad de una valoración del niño por parte del ortodoncista:
- Pérdida temprana de los dientes temporales (de leche)
- Retención tardía de dientes temporales (no se caen)
- Dificultad al morder
- Respiración bucal
- Uso prolongado del chupete o hábito de chuparse el dedo
- Dientes en mala posición
- Poco espacio para los dientes que erupcionan
- Crujido al abrir la boca
- Dificultad al hablar
- Mandíbula muy salida o muy retrasada
Realizar una revisión temprana del niño tiene múltiples ventajas, como corregir fallos en el crecimiento y desarrollo de la mandíbula, malos hábitos de succión y deglución, crear espacios necesarios para los dientes próximos a salir, minimizar e incluso evita tratamientos de ortodoncia, eliminar problemas respiratorios o del habla y mejorar notablemente la parte funcional y estética buco facial.
La ortopedia se encarga de orientar el crecimiento y desarrollo facial durante la niñez y la adolescencia, mediante el uso de aparatos fijos o removibles diseñados especialmente para este objetivo, modificando el patrón de crecimiento de los huesos. Se utiliza en pacientes que tengan problemas a nivel esquelético y se debe realizar durante la última etapa de la dentición mixta, inicio de la dentición permanente y antes de finalizar el crecimiento (entre 4 y 12 años).
La ortodoncia se debe iniciar cuando ya han salido los dientes definitivos, entre 11 y 12 años. El tratamiento puede tardar entre 1 o dos años. Existen varios tipos de aparatos como:
- Brackets metálicos
- Brackets trasparentes de zafiro
- Alineadores trasparentes
- Brackets pegados en la cara interna de los dientes (ortodoncia lingual)
Una vez finalizado el tratamiento, se utilizan retenedores que estabilizan y mantienen la posición dental a lo largo de la vida del paciente.
Por todo esto, es muy importante que los niños acudan a edades tempranas al odontólogo, para detectar cualquier tipo de alteración en el crecimiento de los maxilares y lograr corregir problemas que pueden llevar a intervenciones más agresivas por no haberse realizado a tiempo (cirugías, extracciones, etc.).